¿En qué consiste una cata de vinos?

Posted on by La Plaza in No Comments

Aprovechando que este viernes empezamos nuestras cenas maridaje 2022 (os recordamos que la siguiente se realizará el 25 de noviembre, ¡muy atentos a nuestras redes sociales para apuntaros y no quedaros sin plaza!) hemos querido escribir esta entrada de blog para explicaros exactamente en qué consiste una cata de vinos.

El mundo del vino es muy amplio y cada vez tiene más seguidores y seguidoras que quieren aprender y disfrutar de él. Las catas de vino son una forma profesional y ordenada de poder probar un vino, a través de un análisis sensorial que va desde la vista hasta el sabor, los aromas… una serie de informaciones que nos hacen saber cuál es su elaboración e incluso en qué condiciones creció la vid que lo constituye.

Para poder catar un vino correctamente, hay que seguir estas tres fases:

1. Fase visual
2. Fase olfativa
3. Fase gustativa

En la fase visual tenemos en cuenta el color, las tonalidades, el brillo, la nitidez o limpidez… E incluso, su densidad y glicerina (nos dará una idea del grado alcohólico que pueda tener).

Los colores son los que juegan un papel muy importante en esta fase, pudiendo distinguir:

– Color amarillo paja o amarillo tenue: vinos blancos jóvenes. Si el reflejo es verdoso se trata de un vino más maduro y si el reflejo es más rojizo o dorado hablamos de vino más maduro, mientras que si es ámbar con destellos oro oscuro se referirá a vino viejo.

– Color cereza madura o granate/violeta: vinos tintos jóvenes. Serán más maduros cuando el tono sea rubí con destellos naranja y será vino viejo cuando tenga color teja con destellos marrones.

 Color frambuesa o cereza: vinos rosados.

– Color similar al vino blanco, pero con burbujas: vino espumoso.

Respecto a la fase olfativa, podemos llegar a identificar hasta 10.000 aromas diferentes; pero para ello se necesita mucha práctica y experiencia. Se puede percibir el aroma de dos formas:

– Directamente: aspirando directamente por la nariz
– Indirectamente: vía retronasal.

Y los aromas que podemos percibir se clasifican por:

– Primarios: los característicos de cada cepa.
– Secundarios: los que vienen por la fermentación (es aquí cuando debemos agitar la copa para que libere dichos aromas).
– Terciarios: los que proporciona la barrica.

Finalmente, y no por ello menos importante, entra en juego la fase gustativa, donde pondremos a prueba nuestras papilas gustativas. La lengua solo puede percibir sabores dulces, salados, ácidos y amargos. En esta fase de la cata podremos distinguir todos ellos en mayor o menor medida para determinar qué cepa es, su resistencia, etc.

Cuando catamos un vino, lo primero que se percibe es el ataque, que se da durante los primeros segundos y es cuando podemos percibir los sabores dulces; seguidamente viene la percepción de sabores ácidos y salados, que dura entre 5 y 15 segundos; y por último, la impresión final que dura unos 5 segundos, donde notaremos las notas amargas en caso de haberlas.

Después tiene lugar el postgusto, cuando expulsamos el vino de la boca y se analiza la impresión que hemos tenido sobre este.

Foto: Cata de vinos realizada en nuestro restaurante en 2021.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *