Vino y comida: las mejores combinaciones
Existen millones y millones de combinaciones posibles entre las que elegir un buen vino para maridar la comida, y por ello, es aconsejable seguir una serie de reglas para acertar, ya que realizar la combinación adecuada no siempre es fácil. Lo más importante es pensar previamente en los ingredientes de la comida y en su sabor, permitiéndonos de ese modo tener una idea más clara de qué vino puede maridar mejor.
– Un vino ácido (blancos, rosados y algunos tintos) puede compensar una comida grasa. También pueden hacer que la comida parezca más salada, y el vino parecerá menos ácidos si se beben con comidas dulces.
– Un vino tinto con mucho grado alcohólico puede hacer que una comida ligera no sepa a nada, por eso debe acompañarse de comidas más fuertes como carnes, cocidos, etc.
– Un vino dulce va bien con comidas dulces, reforzando ambos los sabores. También puede ir bien con comidas ligeramente saladas.
– Un vino tánico (tinto, con sabor fuerte y seco en boca) va bien con comidas muy proteicas y grasas.
Con estas combinaciones podemos conseguir que:
1) La comida puede exagerar un rasgo del vino.
2) La comida puede también reducir una característica del vino
3) El caso contrario ocurriría cuando un vino es excesivamente potente y anula las cualidades de la comida.
4) El vino puede aportar sabores que ensalzan un rasgo de la comida.
Recordad: hay vinos y comidas que no pueden ir juntos porque su mezcla provoca un sabor desagradable, por ejemplo, si comes un filete de pollo a la plancha sin nada más y lo combinas con vino tinto fuerte, puede que obtengas un regusto metálico.
En La Plaza tenemos una amplia carta de vinos distintos y, en caso de duda, siempre os ayudaremos a elegir el más adecuado a vuestra comida.