Primer restaurante del mundo
Mientras que los mesones y las posadas tienen un origen muy antiguo, tanto como la civilización, los restaurantes como tal no aparecieron hasta la segunda mitad del siglo XVIII en Francia. Se trataba de un concepto muy nuevo: un local que acogía personas que probaban diferentes platos de comida.
El creador del primer restaurante fue Dossier Boulanger, un conocido cocinero al que se le ocurrió la idea de crear el local que tenía en la Rue Des Poulies en un espacio para que acudiera cualquiera que quisiera probar sus platos. Al principio solo servía caldos, pero pronto empezó a ampliar su carta. En su local colgó un cartel con el texto “veinte ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos” (venid a mí, hombres de estómago cansado, y yo os restauraré).
Tras la Revolución Francesa, muchos cocineros de familias aristocráticas se quedaron su trabajo y decidieron seguir la idea de Boulanger. Muchos abrieron sus negocios en París y otros se exiliaron hacia otras zonas de Francia, Inglaterra y otras naciones europeas.
En 1825 salió publicada la obra de Jean Anthelme Brillat-Savarin llamada “Fisiología del gusto”, convirtiéndose en uno de los clásicos de la literatura gastronómica donde definía los cuatro puntos que debía poseer un buen restaurante:
- 1. Gozar de un ambiente distinguido
- 2. Gozar de un servicio amable
- 3. Gozar de una cocina privilegiada
- 4. Gozar de una bodega sobresaliente